“La crisis ha animado a personas que jugaban muy de vez en cuando a jugar pequeñas cantidades impulsadas por el deseo o la ilusión de obtener algún premio, grande o pequeño, que pueda solucionar la vida o, al menos, aliviar alguna penuria económica”, indicó el profesor Francisco Javier Ruíz Martínez del departamento de Ciencia Política y Sociología de la UC3M y miembro de IPOLGOB.
El informe también analiza el porcentaje de la población que juega online. Si el año pasado ascendía a un 6,4% de los comprendidos entre 18 y 75 años, en 2011 ha disminuido levemente hasta el 6,2%, unos 2,1 millones de individuos.
Individualmente, este tipo de jugadores juega algo menos que en 2010, y globalmente, el mercado del juego en Internet en España asciende a 649.2 millones de euros, un 3,3% menos que en 2010, cuando se jugaron 671.2 millones, por lo que “el efecto de la crisis se ha dejado sentir también en el juego por Internet”.
Sobre la opinión que los españoles tienen del juego, Ruíz Martínez comentó: “Aunque distinguen entre algunas actividades y otras, existe, como suele ocurrir en los países de tradición cultural católica, una cierta permisividad social hacia algunas actividades ligadas al juego, como las loterías clásicas. Sin embargo, la apuesta directa o las actividades ligadas a juegos de casino o similares cuentan con la total reprobación moral de pequeñas secciones de la población”.
Así, sólo un 7,9% de los residentes en España, comprendidos entre 18 y 75 años, declara no haber jugado nunca y un 1,7% no jugar desde hace más de cinco años. Las cantidades jugadas oscilan entre 6 y 30 euros al mes y cada jugador destina al juego apenas 10 minutos en un día laborable, lo que revela que es una actividad impulsiva, especialmente en los juegos pasivos.
De hecho, para el 70,4% de los internautas jugadores el juego es un pasatiempo, frente al 29,6% para los que es una actividad con la que ganar dinero. Esta opinión es sustentada sobre todo por los jugadores online mayores de 45 años, así como por los cotidianos y semanales.